Nuestra historia

La historia del restaurante "Los Claveles" se remonta a la década de 1950, cuando Mamá Alicia, nacida en 1953, apenas era una niña. A la edad de 10 años, junto a su familia, comenzó a vender comida en la casa de Pancho Avendaño. En ese entonces, ofrecían platillos sencillos pero sabrosos como pescado frito, camote frito y caldo, principalmente en el mercado local.

No fue sino hasta que Mamá Alicia tenía 13 años que nació oficialmente "Los Claveles", nombre elegido en familia en honor a la flor favorita de Alicia. Este pequeño emprendimiento fue creciendo con esfuerzo y dedicación. Un año más tarde, cuando Alicia tenía 14 años, la municipalidad les otorgó el permiso para construir su primer local. Fue allí donde el restaurante comenzó a operar formalmente bajo el nombre "Los Claveles", hasta que el devastador sismo de 1970 destruyó el edificio principal que estaban construyendo en la parte delantera.

Después del terremoto, la familia levantó una ramada improvisada al costado del restaurante de Mili, desde donde continuaron atendiendo a los viajeros que transitaban entre Casma y Huaraz. Incluso ofrecían habitaciones en alquiler para quienes necesitaban un lugar donde descansar.

En busca de un lugar más seguro y estratégico para continuar con el negocio, Papá Maxi adquirió un terreno junto a la loza de la escuela, propiedad de los Ramos. Poco después, Doña Amelia Terry se interesó en ese terreno para criar animales, y fue entonces cuando se realizó un intercambio: Papá Maxi le ofreció su terreno a cambio del que Doña Amelia tenía frente a la plaza de armas, una ubicación ideal por su cercanía a la casa y a la chacra familiar.

La construcción del nuevo local comenzó en 1972, al mismo tiempo que se levantaban el hospital y la iglesia del pueblo. La obra duró aproximadamente un año, y en un inicio funcionó como librería. Con el tiempo, fue transformándose poco a poco en una bodega y, finalmente, en el restaurante que hoy conocemos y queremos.

Así nació "Los Claveles", un restaurante con historia, tradición y sabor, fruto del esfuerzo familiar y del amor por la buena comida.